El crecimiento exponencial se
aplica a una magnitud tal que su variación en el tiempo es
proporcional a su valor, lo que implica que crece muy rápidamente en
el tiempo.
Este
fenómeno, se da en muchos aspectos de nuestras vidas como humanos.
En
primer lugar el crecimiento exponencial afecta a la población.
¿Podemos
reproducirnos libremente? Con esto me refiero, a que ¿existe un
número máximo de personas que deberían de vivir al mismo tiempo en
la Tierra?. La respuesta a esta pregunta es si, por lo tanto no
podemos reproducirnos libremente, aunque esto sea beneficioso para la
economía u otros aspectos. La población tiene un límite, y no sólo
por el espacio que ocupamos cada uno de nosotros en la
Tierra, si no, porque cuántas más personas, más comida ha de
producirse, más edificios han de construirse, más árboles han de
ser talados, más basura se produce, más contaminación, etc...
Sorprendentemente,
entre los países más poblados, están muchos de los países de
África, aunque allí abunda la pobreza, este es una factor por el
cual tienen más hijos; pues no todo los hijos que estas mujeres
africanas tienen sobreviven, por lo tanto cuanto más hijos más
posibilidades de tener más hijos vivos, ademas a este factor de
pobreza va unido al desconocimiento. En estos países las personas
están poco formadas culturalmente lo que hace que las mujeres sean
totalmente dependientes de los hombres, ya que estos son los que
trabajan.
Además,
el dinero es casi inexistente, por lo tanto podríamos decir que no
usan métodos anticonceptivos, algo que hace que aumente la natalidad
allí.
Estas
situaciones son similares a la de un estanque en el que crece un
nenúfar. La planta duplica su tamaño cada día. Si se permitiera a
la planta crecer sin limitaciones, la planta cubriría completamente
el estanque en el plazo de 30 días, ahogando a cualquier otra forma
de vida en el agua.
Durante
un plazo de tiempo la planta parece pequeña, por lo que uno no se
preocupa por ella hasta que cubre la mitad del estanque.
Pues
esto es lo que nos pasa a los humanos. Aquí está nuestro fallo.
Dejamos pasar las cosas, sin tomar medidas ni precauciones, sin
importarnos si podemos seguir consumiendo o explotando algo al mismo
ritmo siempre sin que eso traiga consecuencias, Somos egoístas, sólo
tenemos en cuenta lo que nos proporciona beneficio a nuestra
generación, sin tener en cuenta si esto que nos beneficia puede
causarle problemas a las siguientes generaciones. Esto nos puede
traer consecuencias fatales a la especie humana, pues, si no frenamos
a tiempo los daños provocados por nuestros excesos, estos daños
serán irreversibles.
La
cuenta atrás ante muchos crecimientos exponenciales ya ha empezado,
pero todavía estamos a tiempo, quizás no de frenarlo del todo, pero
sí de poner soluciones para que los daños sean menores. Es tiempo
de solucionar las cosas, así que, hay que empezar por colaborar en
esto cada uno de nosotros, cuantos más seamos, más cosas conseguiremos cambiar y más progresaremos.
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